martes, 29 de septiembre de 2009

CONCLUSIÓN: El Golfo de Fonseca está amenazado de muerte


Fotos: Carlos Puga

Estrella López/Eva Alonso, El Golfo de Fonseca

El Golfo de Fonseca se encuentra ubicado entre El Salvador, Nicaragua y Honduras, en pleno océano pacífico.

Sus habitantes se dedican, fundamentalemtne, a la actividad pesquera y camaronera. Sus orillas están salpicadas de pequeños pueblecitos y sus problemáticas son comunes en los tres países.

De ahí que desde 2004, las ONGs que trabajan en la zona, apoyadas por Amigos da Terra, hayan dado un impulso a la creación de Atrigolfo, organización cuyo objetivo es conseguir leyes comunes para la defensa de la pesca artesanal y del medio ambiente.

Tras recorrer la zona hay cosas que nos han quedado claras: la pesca ha disminuído de un tiempo para acá por varias razones. Según los pescadores, es especialmente grave la contaminación, pero también ayuda a que la situación se agrave la escasez de lluvias a causa del fenómeno del Niño y la sobreexplotación de los recursos.

Además, la desertificación y la hambruna son una amenaza constante a pesar de la gran riqueza natural que, en principio guardan estas verdes tierras.

También hemos sido testigo de la carencia de recursos con que cuentan estas comunidades, necesidades que, en algunos casos, han podido ser cubiertas por la cooperación gallega.

En todas las poblaciones que visitamos la palabra "gracias", en relación la cooperación gallega, era una constante en boca de los representantes de las asociaciones y cooperativas puestas en marcha para mejorar la calidad de vida de estas personas.

Pero la presencia gallega no sólo está en la cooperación, también hay grandes empresas gallegas que han instalado sus factorías en esta costa del Pacífico: Calvo y Pescanova, una en El Salvador y otra en Nicaragua.

Sin embargo, la visión de ambas es muy diferete. Mientras una (Calvo) nos abrió sus puertas y nos mostró su forma de trabajar, la otra (Pescanova) fue menos transparete y declinó nuestra solicitud de visita.

Calvo apuesta por una política social cara a sus trabajadores, mientras Pescanova todavía no ha puesto en marcha medida alguna y no ha recibido a los representantes políticos de la zona, según nos contaron los alcaldes de Puerto Morazán y El Viejo en Nicaragua.

Sin embargo, también hay voces que se muestran críticas con la acción de Calvo, acusando a esta firma de verter residuos al Golfo de Fonseca.

Pero hay más cuestiones en común entre las comunidades de este enclave. Todos los pescadores aseguran que están muy preocupados porque temen que en un par de años ya no quede pesca en estas aguas. Por ello solicitan, encarecidamente, que desde el Primer Mundo, se les ayude con la realización de estudios concretos que expliquen las razones del descenso de capturas y la aparición de peces muertos.

Las plantaciones de maní, caña de azúcar, melón y maíz a orillas de los estuarios pueden estar detrás de esta situación, ya que los representantes de las cooperativas de pesca artesanal están convencidos de que los pesticidas que se emplean en estas plantaciones terminan filtradas a las aguas del Golfo.

El uso indiscriminado de plásticos arrojados a los ríos, la falta de saneamiento, la sobrepoblación y el cambio climático pueden ser también otros factores que se encuentren detrás de la terrible situación que vive este entorno.

La extrema pobreza, la analfabetización de la población (ya que no es obligatoria la escolarización de los niños), la elevada natalidad y la aparición de numerosas sectas protestantes, forman parte de la idiosincracia de unos pueblos que conviven con elevadísimas temperaturas y un nivel de humedad extremo.

A pesar de toda esta situación, que para Occidente puede resultar problemática, lo cierto es que los habitantes del Golfo de Fonseca parecen felices. Al convivir con ellos nos hemos dado cuenta.

Pero también hemos observado, con gran alegría, que la conciencia medioambiental ha comenzado a formar parte de su vida. Un paso adelante vital para mantener y proteger este riquísimo e impresionante ecosistema.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Amapala, atardecer en el Golfo de Fonseca


Fotos: Carlos Puga

Eva Alonso/Estrella López, Honduras

Hoy hemos vuelto a montar en barca. Nos dirigimos hacia la isla de Amapala, una de las más hermosas y turísticas de este país. Allí trabaja Coddeffagolf con Amigos da Terra y Cooperación Galega para mejorar las condiciones de vida de los pescadores de Playa Grande.

En el muelle nos subimos a dos taxis que, al vuelo, nos acercan hasta un pequeño poblado situado en la arena de una playa increíble a la que todavía no ha llegado la contaminación.

Aún así, los pescadores vuelven a quejarse de lo mismo que en otros lugares del Golfo nada más saludarnos. "Apenas hay pescado", dice Simón Bánegas, presidente de la Asociación de Pescadores de Playa Grande (APESCAPG). Aún así, la gran diferencia con respecto a Nicaragua es que aquí no encuentran peces muertos flotando sobre las aguas. "Pero estamos preocupados porque el descenso de capturas ha sido significativo".

Bánegas subrayó, con gran satisfacción, el beneficio que les supuso la ayuda de la Xunta para su comunidad. "Gracias a esta colaboración hemos podido adquirir un equipo destinado a la limpieza de pescado y ocho termos de frío para que el producto no llegue 'asoleado' y se pueda vender mejor porque es más fresco".

También ellos, como los pescadores de Cedeño, han asumido plenamente los conceptos medioambientales de defensa de su ecosistema. "Estamos viendo que si no hacemos un programa de sostenimiento acabaremos con los recursos del Golfo".

Mientras hablamos con Bánegas, los chiquillos de la zona nos rodean. Se les ve felices, disfrutando de un bello atardecer, alejados de los problemas de sus mayores. "Ellos son nuestro futuro", dice Simón. "Debemos transmitirles la necesidad de cuidar su entorno para que puedan continuar viviendo en Playa Grande durante muchos siglos".

Bánegas: "El pobre siempre es el que paga los platos rotos"


Foto: Carlos Puga

Estrella López/Eva Alonso, Honduras

La crisis política que ha vivido Honduras durante nuestro viaje ha repercutivo en numerosas cuestiones de nuestro trabajo. Entre otras, nuestra visita a la isla de Amapala. Teníamos previsto pasar un día entero con sus habitantes y nuestra visita se redujo a apenas unas horas en Playa Grande.

Allí decenas de chiquillos se bañaban vestidos y jugaban en la orilla mientras sus padres concluían sus quehaceres diarios y acababan de recoger el pescado.

Un día más, este producto quedará en el centro de acopio. "Los intermediarios no vienen a buscarno ni tampoco lo compran en lonja. Dicen que con el toque de queda no lo pueden comercializar. Para nosotros es una ruina. El pobre es el que siempre acaba pagando los platos rotos", concluyó Simón Bánegas, presidente de APESCAPG.

Mientras, de fondo suena la radio hondureña. Explica cómo se han lanzado productos químicos dentro de la embajada brasileña donde se encuentra Mel Zelaya recluido desde hace días. Bánegas nos dice con una sonrisa en la cara: "El que habla en la radio es uno de los pocos periodistas libres que quedan en el país".

Coddeffagolf, veintiún años de experiencia en cooperación medioambiental


Fotos: Carlos Puga

Estrella López/Eva Alonso, Honduras

Coddeffagolf surgió en 1988. Veintiún años de experiencia les avalan. "Un grupo de doce pescadores, preocupados por la sobreexplotación de los recursos marinos decidieron reunirse tras ver cómo, desde los años 80 se venía apostando fuerte por el comercio del camarón", nos explica Saul Montúfar, mientras charlamos en una salita de la sede de esta ONG situada en San Lorenzo (Honduras).

Afuera, mientras, trabajan una decena de personas en diversos ordenadores. Su organización está muy avanzada y eso, luego, se nota en la ejecución de los proyectos.

"Cuando nació Coddeffagolf, los pescadores eran conscientes de que necesitaban asesoramiento técnico, por ello contactaron con profesionales concretos. Así fue como yo, seis meses más tarde del nacimiento de la ONG, me uní a ellos", continuó Montúfar.

Fueron años difíciles, "lo que no quiere decir que ahora no lo sean". Algunos de sus líderes acabaron en la cárcel por oponerse a leyes que dañaban intereses medioambientales.

Coddeffagolf valora enormemente la transcendencia internacional de las acciones de cooperación ecológica. De hecho, pertenecen a muchas de ellas, puesto que para ellos es muy importante no sentirse comprometidos con gobierno alguno. "Eso nos permite hablar libremente de problemas medioambientales porque recibimos cooperación internacional", nos matizó la subdirectora de esta organización Leana Corea.

En este sentido se consideran "exquisitos" a la hora de elegir sus contrapartes. "Amigos da Terra nos gustó para trabajar porque tenemos gran afinidad con ellos. Nos encontramos en la reunión de Atrigolfo en 2004 y ya en el 2006 estábamos trabajando de forma plena con varios proyectos de pesca artesanal", aclaró Alcides Martínez.

De hecho, en la actualidad con Amigos da Terra están trabajando en cinco proyectos. "No son grandes inversiones pero sí resuelven situaciones muy específicas". Se dedican, así, más a resolver problemas concretos que a realizar estudios de diferentes zonas. "Nuestras colaboraciones no surgen de un despacho sino que proceden de las propias comunidades. Son ellos quienes nos cuentan sus principales necesidades".

Sin duda, uno de sus objetivos prioritarios es lograr una política común de pesca para los tres países que integran el Golfo de Fonseca. "Hubo unos primeros intentos de puesta en marcha de la Trinacional que fueron en decadencia hasta 1999 cuando todos estos esfuerzos se perdieron. Pero en 2004, Amigos da Terra recuperó esta iniciativa y le dio el espaldarazo necesario para volver a surgir", continuó Saul Montúfar. "Amigos da Terra es el nexo de unión de los tres países".

CONTRAPORTADA: Ya te estoy recordando, América, aunque no te hayas ido


Fotos: Carlos Puga

Laura López, Honduras

Una muchacha viaja sentada frente a mí en la lancha que nos lleva a Amapala. Se prepara para darle el pecho a su hijo que descansa en los brazo de su padre a mi lado. Deja parte del pecho al descubierto y su compañero lo mira antes de pasarle al bebé. Y es sólo un instante, pero esboza una sonrisa y mira para otro lado cuando le da a su hijo.

He compartido, furtiva, este instante y también azarosa miro para el mar. Qué preciosos son los secretos que guardan los amantes.

Amapala es una isla pequeñita situada en el Golfo y que pertenece a Honduras. Visitamos Playa Grande con el sol ya comenzando a caer y todo es hermoso. Los últimos pescadores van llegando y venden su mercancía. Sus hijos juegan bañándose en una playa preciosa de arena volcánica. Todo parece como sacado de otra época.

Más cuando descubro a Cristi. Con su preciosa e inmensa melena negra cubierta con un pañuelo blanco. Lleva un vestido largo hasta los pies que la hace todavía más delgada. Es menuda. Demasiado para sus diez años. Pero está liadísima jugando ella sola en la playa. Una princesa que concentra todo el poder y la fuerza de la tierra que pisamos.

Y así, llenos de todo, regresamos a Choluteca. En la lancha tenemos el momento cómico del día. Reflexiona Cris en voz alta ´lo que sí que no hay son faros´, ­y responde Estrella, ´qué más da, si hay toque de queda´. Nos reímos mucho.



Y efectivamente la radio del coche informa del toque de queda camino de Choluteca. Así que paramos en un supermercado y Eva tiene uno de los últimos altercados con el dinero. Está a punto de no regresar a Galicia. Ha tenido el trabajo que nadie quiere tener cuando se viaja que es el de tesorera pero lo ha hecho como una campeona.

Volviendo al toque de queda he de deciros que dejé de preocuparme cuando a la hora de la comida ví que por la tele preguntaban a la audiencia­, ´¿cree usted que debe continuarse con el toque de queda. Envié SÍ o NO en un mensajito al 1015. Para aquellos que nos criamos escuchando a nuestros abuelos quejarse de lo que suponía el toque de queda ver esto es una relajación. Hasta los conflictos políticos ya no son como antes.

Algo que sí que no ha cambiado es la pasión por el fútbol. En esa misma comida, alguien que lleva todo el día instruyéndonos mucho y muy bien sobre todo lo relacionado con la cultura del país, afirma que ´ojalá el problema se resuelva pronto pero, lo siento mucho, antes prefiero que Honduras gane el 10 de octubre a Estados Unidos´. Lo dicho, ya no estoy preocupada. En la reunión con los miembros de CODDEFFAGOLF así nos lo confirman. ´Todo está azul´. Aquí esto quiere decir que todo está tranquilo. En su sede charlamos con ellos y nos regalan cerámica artesanal. Es el primer soborno que recibimos como periodistas. Je, je. Es broma, claro. El trato es espectacular. Ha sido espectacular en los tres países.

Fijaos. Por la mañana hemos visitado la comunidad de Cedeño. Hemos ido a grabarles mientras estaban abriendo un cauce de aguas contaminadas en el estero y nos han cedido sus botas por lo que ellos han trabajado descalzos en vertidos fecales y químicos que les cubrían hasta las rodillas. Tras entrevistar a Wilmer, paleando en ese cauce, le doy las gracias y me guiña un ojo. Me emociono. Es muy joven pero ya parece un viejo.


En fin, os cuento todo esto ya en El Salvador. Faltan todavía unas horas para partir. Hemos viajado hasta aquí en autobús (seis horas y media). En la frontera, han revisado la mochila de Carlos porque el perro de la policía ha olfateado droga. Carlos, por supuesto, solícito con las fuerzas del orden, no entiende nada. Al final todo queda en un susto que nos permite aseverar de nuevo que nos ha pasado de todo en este viaje.

Me despido y os confieso una cosa. Desde que ví la sonrisa del muchacho en la lancha hacia Amapala ya tengo ganas de regresarme. Y les envío un aviso a los que comparten secretos con nosotros. Necesitamos oídos prestos a escuchar magníficos monólogos y que tengan los pasaportes en regla. Al menos yo, ya me muero por volver.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Candil de la calle, oscuridad de la casa


Fotos: Carlos Puga

Estrella López/Eva Alonso, Honduras

Son las seis de la mañana y una veintena de vecinos de Cedeño nos esperan, palas en mano, para ir a limpiar el río.

Aprovechan estos días para poner en marcha acciones medioambientales "porque no hay pesca". De hecho, tan sólo una barca ha salido hoy a la mar, según la captura que traiga en sus redes la asociación de pescadores tomará la decisión de mandar o no mañana a trabajar a sus embarcaciones.

Antes de iniciar el camino hacia el río nos invitan a ponernos botas de agua. Pero sólo llegan para algunos. "Hay muchas hormigas", nos dicen. Lo pudimos comprobar.

El camino es largo. Más de un kilómetro por un sendero lleno de maleza, ramas y agua estancada que procede de los laboratorios de larva de camarón y aguas residuales. Tras más de veinte minutos andando, finalmente llegamos al lugar elegido para comenzar la limpieza. Allí recogerán el plástico y removerán el lodo del fondo para que el agua fluya. Trabajarán sin descanso, entre una humedad sofocante, un calor inenarrable y olores nauseabundos, hasta la una de la tarde.

Han comenzado a ser conscientes de que el daño al medio ambiente es un daño al futuro de la comunidad. "Candil de la calle, oscuridad en la casa", asegura Roger Humberto Alemán, responsable de la asociación de pescadores.

Ellos lamentan la contaminación, la desforestación masiva del manglar, los vertidos incontrolados y tóxicos de los laboratorios al Golfo de Fonseca. "Estamos muy preocupados también por el excesivo uso de pesticidas en plantaciones de caña de azúcar y melón". Precisamente, en estas últimas, es donde, por el uso masivo de amoníaco, las mujeres se desmayan con frecuencia.

Como en El Salvador y en Nicaragua el problema vuelve a ser el mismo: los peces se han ido. Ellos también están convencidos de que la causa es la misma: la acción del hombre.

Roger Humberto Alemán: "La ayuda gallega nos ha permitido despetar"


Fotos: Carlos Puga

Eva Alonso/Estrella López, Honduras

Los pescadores han logrado construir un centro de acopio en Cedeño. Allí recogen el pescado, lo limpian y lo venden a los intermediarios. Pero este centro de acopio, cofinanciado por Coddeffagolf y Amigos da Terra en colaboración con Cooperación Galega, es mucho más.

Se ha convertido en el centro social y de reunión entorno al que gira toda la vida de los socios de este pequeño pueblo hondureño. Allí guardan sus motores, reparan sus redes, preparan sus aperos de pesca, almacenan su pescado en frío, y también juegan a las cartas mientras hablan sobre cómo les ha ido el día, de cómo está la política nacional "ahora muy revuelta".

La vida de los socios de APAC (Asociación de Pescadores Artesanales de Cedeño) ha cambiado mucho desde hace un año. "El pasado mes de marzo de 2008 empezamos a cuidar el medio ambiente", aseguró Roger Humberto Alemán, presidente de la asociación. "Hemos sembrado más de 40.000 semillas de mangle y dragamos el canal para darle salida a las aguas que inundan el pueblo".

Y es que ellos mismos reconocen que la ayuda de la Xunta de Galicia a través de Amigos da Terra y su contraparte Coddeffagolf "nos ha cambiado completamente la existencia".

Roger Humberto Alemán, un hombre de más de sesenta años y curtido por los vientos y el sol, reconoce que duerme en el centro de acopio. "Me paso aquí casi las 24 horas del día. De noche lo guardo para que no se lleven nada. Es mi casa y la de todos los socios".

El presidente de APAC nos señala el suelo. "Ahora ya no es de tierra y contamos incluso con neveras para llevar en los barcos. Esto nos permite mantener más fresco el producto y venderlo mejor". Congeladores, una mesa de acero y cuchillos de acero completan el equipamiento aportado por la cooperación gallega.

Pero no sólo de aparatos viven estos pescadores. También están recibiendo cursos de capacitación. "Nos han dado cursos de formación sobre contabilidad, administración, manipulación de marisco, elaboración de embutidos y siembra de semilla de mangle".

Les miramos sorprendidos. "Preparan ustedes embutidos? Pero, cómo embutidos?", les preguntamos. Un marinero sentado a nuestro lado respondió con contundencia. "Sí, realizamos embutidos con marisco y pescado. Por ahora los vendemos en la comunidad y la verdad es que han tenido tanto éxito que ya hay gente de las afueras que ha venido a preguntar por ellos". Sin embargo, todavía tienen que mejorar en cuanto a la distribución de este curioso embutido.


Precisamente, uno de los mayores handicaps de esta asociación es la dificultad de poder trasladar el pescado a otros mercados. "El coste de la gasolina es muy elevado y, además, carecemos de vehículo a motor para trasladarlos a la ciudad más próxima que es Choluteca". Por ello, todo lo venden en el mercado local, a donde desplazan el producto en bicicleta.

Alemán no quiere despedirse de nosotros sin dejarnos claro que la ayuda gallega ha sido vital para ellos. "Nos ha permitido despertar y nos sirve de estímulo para seguir luchando".

Cedeño, un lugar con conciencia medioambiental en Honduras


Fotos: Carlos Puga

Estrella López/Eva Alonso, Honduras

Cedeño es una pequeña localidad pescadora de Honduras. Para llegar hasta ella hemos tenido que madrugar, ya que estos dos días, en el país hondureño, los estamos pasando en Choluteca, la ciudad más grande del sur del país.

Honduras, por lo que podemos ver desde el coche, es un vergel. Pese a la convulsa situación política, las calles de sus localidades están llenas de gente. La crisis de Micheletti y Zelaya parece que pasa inadvertida.

"La verdad es que muchos hondureños están más preocupados de que la selección nacional gane el próximo mes a Estados Unidos para clasificarse para el Mundial de Fútbol que de la propia crisis política en nuestro Gobierno", nos explica Saul Montufar, responsable de Coddeffagolf y nuestro guía en este viaje. "El tema es que a causa de la actual situación, EEUU se ha negado a jugar el partido clasificatorio en San Pedro Sula. Dicen que por seguridad pero estamos seguros de que se quieren aprovechar de la situación porque saben que nuestro equipo nacional es invencible cuando juega de local".
El toque de queda también nos complica la labor. Internet se cae cada dos por tres y las llamadas internacionales están restringidas en muchos lugares, entre otros, en nuestro hotel.

Pero nosotros continuamos con nuestro trabajo y nos dirigimos a Cedeño. Allí viven unas 4.000 personas, la mayoría son pescadores. Sin embargo, no todos están asociados y mucho menos forman parte de la Asociación de Pescadores Artesanales de Cedeño (APAC), la que mejor funciona de todas.

Llevan un año trabajando con Amigos da Terra y con Cooperación Galega y la verdad es que se nota muchísimo: han iniciado limpiezas en los cauces de los esteros para retirar el plástico, quieren evitar que se corte el manglar y luchan contra la contaminación.

Canal 0,7 - TV/Honduras.- En las siguientes imágenes, podemos contemplar la población objetivo de esta proyecto de respeto medio ambiental.

sábado, 26 de septiembre de 2009

CONTRAPORTADA: 'Y entramos en Honduras'


Fotos: Carlos Puga

Laura López, Honduras

Cuando los aborígenes nicaragüenses querían burlarse de los colonizadores españoles usaban el "güegüense", una máscara que se asemeja a una especie de caballo. Así podían estar delante de los españoles haciéndoles gracias como si fueran bufones pero, por dentro, las muecas eran de desprecio.

Es una de las múltiples historias que nos cuenta Néstor, que nos ha visitado en el hotel porque hoy es un día de espera hasta que reabran las fronteras con Honduras.

Así que poco más os puedo contar, salvo que salimos a comer con él y una estudiante de bachiller a la que ayuda con un trabajo sobre las ballenas. Se llama Elena, tiene 17 años y ayer un chico le dijo que era muy cruel porque ella le rechazó. Como veis, la adolescencia tampoco entiende de fronteras.

Elena es linda y, por eso, ha sido madrina del equipo de béisbol de su comunidad. Bueno, para el que no lo sepa, en Nicaragua, el béisbol es el deporte nacional y los equipos de las comunidades pequeñas tienen madrinas. Así que, cuando un chico hace un "home run" (yo ni idea, me lo aclara Cris) corre hasta la madrina porque tiene derecho a un beso. O puede ir a pedírselo a la madrina del otro equipo. Nos lo cuenta cuando ya ha cogido algo de confianza, pero al principio está como asustada. Más cuando le ponen el plato delante. Dice que no sabe por donde empezar porque hay mucha comida.

En fin, que volvemos al hotel para dedicarnos, básicamente, a contestar llamadas de España (con la factura que me va a venir de Vodafone temblará el misterio).

Y nos dormimos pensando que no vamos a poder entrar en Honduras. Pero, a la mañana siguiente, nos llama Ramón de Amigos de la Tierra Honduras para decirnos que, durante el día, se levanta el toque de queda. Sólo va a permanecer por las noches. Emprendemos camino en una furgoneta hasta Guasaule, la frontera. Por el camino vemos el volcán San Cristóbal muy, muy cerquita. Está activo y echa humo. Todavía no ha entrado en erupción. "Estamos esperando que lo haga, pero ojalá que no por el momento, claro", nos dice Néstor tan tranquilo. Me encanta Nicaragua.

Y lo siento mucho chicos pero no hay noticia. La entrada a Honduras fue de lo más normal. Hay que cruzar un puente ( hecho, como casi todos los de la zona, por los japoneses) porque hay un río que sirve de frontera natural entre ambos países, pero nada más. Eso sí, calor infernal. Hoy es el primer día que me siento mal por el calor.

Honduras, de entrada, hermosa. Y muy verde. Verdísima. Cerros y más cerros a ambos lados de la carretera. Nos recoge, por cierto, Saúl, de CODDEFFAGOLF, que será nuestro guía en el país.

Nos registramos en el hotel, comemos y nos vamos para Cedeño, un pueblo de pescadores también muy pobre en el Golfo de Fonseca. Aquí no se nota el conflicto. Sólo en la tele y todo el mundo está muy pendiente.


Hablamos con los pescadores. Resulta que se han organizado de un modo distinto que en los otros países. Como no hay pesca, sólo uno ó dos pescadores salen al golfo a trabajar. Traen por lancha unas 30 ó 40 libras de pescado. Y así evitan que se gaste tanta gasolina. Mientras que dura esta carestía el resto percibe un salario por limpiar los esteros (manglares).

De camino al hotel comienza a llover mucho. Paramos en un supermercado. Son las seis de la tarde y comienza el toque de queda por eso ya están cerrando. Normalmente cierran a las ocho. Pero todo muy tranquilo. Incluso cuando estamos comprando se va la luz. Ya creí que empezaba la comedia. Pero nada. Los clientes muy serenos esperan a que vuelva la electricidad.

Llueve en Honduras y Saúl, nuestro guía, se alegra. "Si no llueve más, el próximo año vamos a tener problemas de hambre". Me sorprendió la frase ensimismida con el paisaje. Creí que diría "problemas de sequía". Pero no. "Problemas de hambre". Como si fuera poco lo que está viviendo el país.

viernes, 25 de septiembre de 2009

De leñateros a camaroneros


Fotos: Carlos Puga

Eva Alonso/Estrella López, Nicaragua

Diecinueve familias de Puerto Morazán han cambiado de vida. Han dejado de talar mangle, de ser "leñateros", para convertirse en socios de una cooperativas de camaroneras, el OJOCHE. "Esto nos ha permitido ganar algo más de dinero, mejorar nuestras casas y dejar de dañar al medio ambiente", aseguró José Ramón Guevara, miembro de esta cooperativa.

Mientras él nos cuenta este cambio vital logrado gracias a la cooperación gallega y al propio municipio de Morazán que les facilita las tierras, un hombre con sus dos hijos (un chico joven y una adolescente vestida todavía con el uniforme del colegio) cargan, en una carreta de bueyes, las pequeñas maderas de mangle que luego venderán por 0,60 céntimos de córdoba la unidad a más de 30 kilómetros de distancia. (El córdoba tiene un cambio actual de 20,5 por un dólar).

"Este carro partirá a las cinco de la tarde rumbo a El Viejo. Llegará a las dos de la madrugada", explica William Areas de LÍDER. "Por este carro, cargado con 1.500 piezas de madera, tras todo este arduo trabajo recibirán entre 45 y 50 dólares".

Añade William que la razón principal de que muchos ciudadanos abandonen esta actividad para dedicarse a las camaroneras artesanales es la escasa rentabilidad económica. "Con los camarones pasan a ingresar un 70% más que vendiendo leña".

Aún así, hay mucha gente que sigue cortando manglar, a pesar de ser una actividad ilegal. Las propias autoridades hacen un poco de vista gorda. "Es difícil hacer políticas de conservación con el estómago vacío", concluye William.

Flash: "Ya estamos en Honduras"

Estrella López, Honduras.- Hemos traspasado la frontera de Honduras los cinco reporteros gallegos que realizamos este proyecto de visibilización sobre la pesca artesanal en el Golfo de Fonseca. Tras dos días de espera en el departamento fronterizo de Chinandega (Nicaragua) los cinco integrantes de la ONG Agareso (Reporteiros Galegos Solidarios) hemos podido entrar para continuar realizando el trabajo en colaboración con Amigos da Terra.

Larga espera en un hotel de ciudad de
Chinandega, en Nicaragua, hasta que las fronteras de Honduras se han abrierto para entrar en el país vecino y concluir, de este modo, la producción de diversos formatos periodísticos en esta zona de la costa del Pacífico.

Sumamos más de una semana trabajando con comunidades pesqueras y ONGs en
El Salvador y Nicaragua y tenemos que concluir la labor en las localidades del Golfo, pertenecientes a Honduras, donde Amigos da Terra ha puesto en marcha diferentes proyectos, gracias a la colaboración económica de Cooperación Galega.

La noticia de que el toque de queda se ha retirado y de que la frontera está abierta supuso una gran alegría para este equipo. "Esto significa que podremos conocer de primera mano los diferentes proyectos que se están desarrollando en las comunidades pesqueras de Honduras. Un verdadero alivio porque temíamos que no se pudiera finalizar un trabajo que, realmente, está siendo muy intenso debido a las duras condiciones climáticas a las que nos enfrentamos día a día", expresa la periodista Eva Alonso.

La expedición continuará aquí hasta el sábado, cuando regresaremos al Salvador para partir al día siguiente rumbo a casa. "Han sido dos días agotadores, la verdad, porque hemos tenido que esperar en este hotel de Chinandega a recibir alguna noticia desde Honduras. Todo lo que sabíamos era lo que narraba la televisión, internet y
la radio hondureña, además de lo que nos transmitían los cooperantes de esa zona", confesó el fotografo Carlos Puga.

Ortiz, el vigilante del camarón


Foto: Carlos Puga

Eva Alonso, Nicaragua

Javier Ortiz es guarda de camaroneras. Su trabajo consiste en vigilar, en una pequeña caseta construida con madera y plásticos, las enormes extensiones de agua donde se cría esta especie. "Brisas del Pacífico" es el nombre de esta empresa. En la siguiente entrevista, Ortiz nos explica el proceso de cultivo de camarón, cuya larva se crea en laboratorio (porque el manglar,donde nacen las crías de forma natural, está siendo amenazado) y se deja crecer durante tres meses en tanques de agua salada hasta que alcanza al menos los 12 centímetros de tamaño.

No llueve en el Golfo de Fonseca


Fotos: Carlos Puga

Estrella López/Eva Alonso, Nicaragua

No llueve en el Golfo de Fonseca. A pesar de estar a punto de acabar el invierno, las precipitaciones son débiles y sólo llegan de noche y en forma de tormenta. Esto contribuye a que el agua del mar esté excesivamente caliente. "Los peces se van en busca de aguas más frías y nosotros pasamos hambre", explica Jesús Herrera, representante de la asociación de pesca artesanal de Puerto Morazán.

Precisamente, Puerto Morazán es uno de los rincones más pobres de Nicaragua. Sus calles sin asfaltar están llenas de gente que camina despacio por el fuerte calor y la aplastante humedad. Las casas son pobres, están degradadas y prácticamente sin muebles en su interior.

El alcalde de este municipio, Emigdio Téllez, más conocido como "El Chino" está de acuerdo con este pescador. "No llueve en el Golfo y esto es una miseria".

"El Chino" y Asunción Alcides Moradel, alcalde del municipio de El Viejo nos hablan, en el interior de la alcaldía de Puerto Morazán de la mejora que ha supuesto para sus dos departamentos la ayuda económica de la Xunta de Galicia y la formación aportada por Amigos da Terra con quien trabajan desde hace siete años.

Tanto "El Chino" como Asunción Alcides no quisieron pasar por alto la presencia de la empresa gallega Pescanova en el territorio nicaragüense. "Hace ocho meses que inauguró su fábrica aquí y todavía no hemos sido recibidos por ninguno de sus directivos", lamenta el alcalde de Morazán. "Es una pena no poder conocer la política social que esta empresa podría desarrollar en nuestros municipios. En la actualidad no está haciendo nada por poner en marcha políticas que reviertan en la sociedad donde está implantada", añadió Asunción Alcides.

Para ambos alcaldes sandinistas la ayuda gallega ha contribuido a mejorar muchos aspectos de sus comunidades pero uno de los ámbitos más importantes para ellos es la formación concedida a sus conciudadanos. "Debemos mejorar nuestra cultura para poder evitar la destrucción de los manglares", expuso El Chino, quien también apostó por proyectos que permitan mejorar la sanidad y combatir la pobreza.

Después de varias horas departiendo abandonamos la casa consistorial para dirigirnos en una antigua pick-up Opel hasta la vivienda del alcalde anfitrión donde nos sirvieron para comer un buen plato de camarón, como no podía ser de otra manera. Emigdio Téllez nos deleita, con gran hospitalidad, con un recital de canciones típicas nicaragüenses. Guitarra en mano se arranca con la "Nicaragua, nicaragüita".

(Por cierto, el municipio de El Viejo se denomina así, según nos explicaron los miembros de LÍDER porque al llegar aquí los españoles en el siglo XVI se encontraron con un jefe tribal muy mayor. Lo curioso es que estas tribus tenían una religión en la cual tenían por tradición matar a las personas mayores en honor a su dios. Luego, el chamán se vestía con la piel de la víctima y toda la comunidad comía un pedacito de él para sentirse en comunión con el muerto. Los españoles les llamaron "caníbales")

jueves, 24 de septiembre de 2009

CONTRAPORTADA: Y en el camino, historias


Fotos: Carlos Puga

Laura López, Nicaragua.

Escucho “hablar” a las cotorras, levantan vuelo. Son una pareja. “Van siempre así, son fieles, unidos hasta que la muerte los separe”. Nos lo cuenta Néstor, el ingeniero forestal que nos acompaña. Visitamos un centro eco-turístico con cabañas de tejados de palma y una piscina termal. Es increíble la sed de avanzar a pesar de todas las complicaciones. El centro se encuentra en una región muy pobre de Nicaragua, pero lo han acondicionado con esmero para que sea confortable al turista. Lo atiende la comunidad y en la cabaña de recepción hay una foto de todos ellos.

Tras esta visita y unos huevos revueltos con jamón de doña Rosita iniciamos viaje a otro punto de la costa nicaragüense en el Golfo: Puerto Morazán. Todavía más pobre que Potosí. Las familias no tienen tierras que cultivar así que sólo se dedican a la pesca. Y como ya sabemos, no hay pesca ahorita en el Golfo.

Seguimos a la par pendientes de Honduras. Nuestros acompañantes creen que hoy no podremos entrar.

En Tonalá comemos con los alcaldes de El Viejo y de Morazán. Éste último toca la guitarra y canta canciones populares y revolucionarias. Es muy simpático. Los dos forman parte del Frente Sandinista de Liberación Nacional. Recoge por el camino a los clientes de un taxi-bici que ha sufrido un accidente. Se suben a la pick-up (aquí camioneta) y le asegura al pobre taxista que se pasa mañana por la alcaldía que él le paga la carrera. Le llaman “chino”, al alcalde, por la forma de sus ojos. Se despide de nosotros pensando que “un biquiño” se dice “un vikingo”.





Seguimos viaje hasta Chinandega, donde dormiremos, y por el camino vemos carros de bueyes que van tirando de montones de leña. Es madera del manglar (una especie de bosque húmedo donde crecen multitud de especies fundamentales para el golfo). Está prohibido recoger esa leña pero se lo permiten dada la carestía por la crisis mundial. Para que puedan subsistir. En una de ellas van un matrimonio y sus dos hijos. La niña mayor lleva todavía el uniforme blanco y azul de la escuela. Son las cinco de la tarde, llegarán a su destino a las cuatro de la madrugada para vender la leña sin ser vistos. Casi doce horas de viaje subimos en el carro.

Emprendemos de nuevo camino y llegamos a la capital. Mañana veremos qué pasa. Porque me encontré con Galeano en la entrada del hotel (no con su persona, sí con su palabra escrita en la pared): para los navegantes con ganas de viento, la memoria es un puerto de partida”. A ver a dónde llegamos. Y cómo será el camino de regreso.

Un abrazo enorme.

Niños, juegos, reunión y Barça


Fotos: Carlos Puga

Estrella López/Eva Alonso, Nicaragua

Tras un sencillo pero rico almuerzo en casa de Doña Rosita partimos hacia la sede de la cooperativa Promanic, donde nos esperaban bajo un cobertizo de hojas de palma los representantes de las diferentes comunidades del entorno de Potosí. Pescadores, camaroneros, agricultores, limpiadores de pescado... todos ellos con un objetivo en común: trasladarnos su actual preocupación.

Si bien es cierto que con la llegada de la cooperación gallega ha mejorado mucho su vida, "porque nos ha permitido unirnos, regular la pesca y aprender a comercializar, la verdad es que todavía nos queda mucho por hacer, ya que nos sentimos golpeados por la contaminación, por el furtivismo llegado de otros países vecinos y el calentamiento de las aguas", explicó José Antonio Rivera Martínez, representante de la cooperativa Tiburones del Rosario.

Más de una hora de reunión para hablarnos de su coyuntura, para enseñarnos el centro de limpieza de pescado y las barcas que compraron con la ayuda económica de la cooperación gallega.

Mientras, fuera, los niños juegan en la playa-puerto de Potosí, algunos haciendo ya sus primeros pinitos con un sedal. Esperan a que regresen las lanchas pesqueras. Ayudarán así a sus mayores a traerlas a tierra. Por esa labor cada uno de ellos recibirá como premio varios pescados.

Otros, en cambio, se quedaban por el camino vendiéndonos tortitas y dulces que acababan de elaborar sus madres.

Los pequeños nos acompañaron por el camino de regreso a Casa Rosita hablándonos en inglés. "No, niños", dijo uno de nosotros. "Somos españoles no estadounidenses". Y el muchacho respondió alegremente: "Viva el Barça".

S.O.S. Golfo de Fonseca


Fotos: Carlos Puga

Eva Alonso/Estrella López, Nicaragua

Lo que más nos sorprende de Potosí en Nicaragua es la limpieza de sus calles y sus playas a diferencia de El Salvador. Pero lo cierto es que detrás de esta falta de residuos se encuentra un arduo trabajo de la Fundación LÍDER.

Hace tan sólo unos días la comunidad desarrolló una campaña de recogida de plásticos y limpieza de playas. "Llenamos más de 240 sacos de PEK comprimido, residuos que luego trasladamos en camión al vertedero de El Viejo, a 70 kilómetros de aquí, porque en nuestro país aún no hay planta de reciclaje de plásticos", explicó Néstor Díaz de LÍDER.

"Nuestro objetivo es concienciar a los propios ciudadanos de Potosí de la importancia de mantener limpias las playas y parece que está dando resultado".


A diario, los vecinos de la comunidad recogen los restos de basura y rastrojos de las calles de tierra y les prenden fuego para su eliminación.

Pero no es todo oro lo que reluce. Debajo de las augas fluye un elemento nocivo. Un veneno que está acabando con el principal medio de vida de este pueblo: la pesca. Al menos así lo manifiesta don Toño, presidente de la cooperativa Promanic. "Estas tierras son muy fértiles. En los años 70 se plantaron grandes plantaciones de algodón, pero el uso de pesticidas altamente contaminantes dañaron el medio ambiente y causaron graves secuelas en la salud de los trabajadores de estas plantaciones".

"El algodón fracasó y en su lugar aparecieron grandes extensiones de bananas, pero el huracán Mitch las dañó y en la actualidad se han ocupado estas hectáreas de terreno productivo por el maní (cacahuete) y caña de azúcar", añadió don Toño.

Ambas producciones "no generan gran número de empleo ni contribuyen a la conservación de los ecosistemas". Y es que la comunidad de Promanic está convencida de que los pesticidas que se siguen usando en estas plantaciones dañan al Golfo de Fonseca ya que se filtran por el suelo al estar muy cerca de la orilla de las aguas de esta costa nicaragüense.

"Pedimos que se hiciera un análisis de las aguas hace años pero sus resultados no fueron concluyentes debido a la escasez de medios de nuestro país, por ello pedimos ayuda internacional para que nuestras aguas puedan ser analizadas en laboratorios avanzados y con aparatos fiables porque, de continuar así, en un año no tendremos que comer".

Los pescadores afirman que "de hace dos años para acá" ha disminuído el número de capturas "hasta en un 80%". Hicieron también hincapié en el hecho de que, cuando comienza la cosecha de producción de maní y de caña de azúcar "comienzan a aparecer peces muertos".


"Exigimos una zona de amortiguamiento de unos 200 metros para evitar el fuerte impacto de estas plantaciones, pero los maniseros niegan ser los responsables de tal contaminación", continuó don Toño.

Aunque los pescadores han recibido una formación para mejorar su pesca artesanal, aún carecen de un estudio serio sobre la correcta explotación de sus estuarios. "Es una necesidad para nosotros que, o bien técnicos gallegos vengan aquí, o vayamos nosotros a España para conocer in situ cómo se lograron recuperar los bancos pesqueros en la costa de Galicia".

Sin embargo, a pesar de todo lo anterior, aún hay un enemigo mayor para estas comunidades: el calentamiento global que para ellos se transforma en un fenómeno llamado el Niño. Mucho calor, elevadas temperaturas del agua y escasez de lluvia contribuyen así al declive de las capturas, en especial, del camarón.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Doña Ana, la facilitadora judicial de Potosí


Foto: Carlos Puga

Eva Alonso, Nicaragua

Doña Ana, como así la llaman en Potosí, es la facilitadora judicial y representante de la comunidad. En una palabra, es la líder del pueblo, la mediadora en pequeños conflictos vecinales que la Corte Suprema de Justicia no precisa resolver.

Ana María Godoy nos dedicó unos minutos para relatarnos los principales problemas de los habitantes de Potosí.

En el momento en el que recogimos su imagen se encontraba, precisamente, mediando en un conflicto familiar. Escucha su testimonio en Agareso Radio:

"Potosí: un paraje virgen para disfrutar del ecoturismo"


Fotos: Carlos Puga

Estrella López/Eva Alonso, Nicaragua

La comunidad de Potosí busca también atraer al turismo. Eso sí, a un turismo ecológico que no dañe el medio ambiente. Y para ello han creado unas reglas concretas: "El turismo no debe agredir el medio natural. Además, debemos involucrar en las actividades turísticas a las comunidades y las inversiones a realizar deben ser controladas por expertos", asegura William Areas, director ejecutivo de LÍDER, organización que no está dispuesta a tolerar que su comunidad se vea agredida por las grandes cadenas hoteleras "ni que se dañe a la dignidad de los habitantes de estos departamentos nicaragüenses".

Con este fin, LÍDER está promoviendo, con el apoyo de Amigos da Terra, cursos de capacitación para que los pescadores puedan ofrecer a los turistas viajes organizados en sus barcas. De este modo, las lanchas pesqueras se rentabilizarían doblemente: por un lado se destinarían a su principal actividad, la pesca y por otro, a rutas de placer.


Tuvimos la oportunidad de ser los protagonistas de esta experiencia piloto. A bordo de una de estas lanchas, financiadas por cooperación gallega, cruzamos buena parte del Golfo de Fonseca en su orilla nicaragüense.

Desde la playa-puerto de Potosí nos trasladamos hasta la boca del Golfo bordeando Punta San José y descubriendo las playas volcánicas en las que anidan las tortugas paslama, carei, verde y tora. "Trabajamos para evitar que los lugareños recojan los huevos de estos animales. Es un trabajo difícil porque son muchos kilómetros de playa", nos explica Sánder Martínez, técnico en estadísticas de LÍDER mientras nos cuenta que el volcán que preside este entorno explotó en 1885. La mitad de su altitud desapareció en el fuerte impacto. Los restos de la cima del Cosigüina se han convertido en varias isletas donde hoy anidan aves marinas de todo tipo (gaviotas, pelícanos y fragatas) y langostas.


En uno de los acantilados del paseo pudimos ver una bella construcción arquitectónica. "Se trata de un palacete construido por un narcotraficante. El Estado ha decomisado esta finca. Sin duda es un verdadero mirador sobre la bahía, pero hay que tener cuidado con este tipo de edificios. No podemos generar un urbanismo sin control y sobre todo sin una ley de costas", añade Néstor Díaz, ingeniero de LÍDER.


Pero el turismo en Potosí tiene otra cara: la del volcán Cosigüina.

A principios de 2005 se creó un enclave de residencias (ocho cabañas) con el objetivo de atraer al turismo. "En la actualidad estamos rehabilitándolas", añadió Néstor. "Son sencillas, pero cuentan con lo necesario: una o dos camas cubiertas por mosquiteras".

Las cabañas, además, se encuentran en un lugar denominado "corredor", entre el bosque del volcán y los manglares. Cerca se puede disfrutar de una piscina natural termal cuyas aguas hierven gracias al Cosigüina.

Y es que el volcán ofrece una gran belleza al visitante: una gran laguna que llena el cráter y a la que se accede en un paseo a caballo.
Un paraje natural exhuberante de gran valor para el que tan sólo recomendamos dos medidas de precaución: repelente de mosquitos y un buen abanico, porque la humedad y el calor son dos aliados difíciles de soportar.