martes, 29 de septiembre de 2009

CONCLUSIÓN: El Golfo de Fonseca está amenazado de muerte


Fotos: Carlos Puga

Estrella López/Eva Alonso, El Golfo de Fonseca

El Golfo de Fonseca se encuentra ubicado entre El Salvador, Nicaragua y Honduras, en pleno océano pacífico.

Sus habitantes se dedican, fundamentalemtne, a la actividad pesquera y camaronera. Sus orillas están salpicadas de pequeños pueblecitos y sus problemáticas son comunes en los tres países.

De ahí que desde 2004, las ONGs que trabajan en la zona, apoyadas por Amigos da Terra, hayan dado un impulso a la creación de Atrigolfo, organización cuyo objetivo es conseguir leyes comunes para la defensa de la pesca artesanal y del medio ambiente.

Tras recorrer la zona hay cosas que nos han quedado claras: la pesca ha disminuído de un tiempo para acá por varias razones. Según los pescadores, es especialmente grave la contaminación, pero también ayuda a que la situación se agrave la escasez de lluvias a causa del fenómeno del Niño y la sobreexplotación de los recursos.

Además, la desertificación y la hambruna son una amenaza constante a pesar de la gran riqueza natural que, en principio guardan estas verdes tierras.

También hemos sido testigo de la carencia de recursos con que cuentan estas comunidades, necesidades que, en algunos casos, han podido ser cubiertas por la cooperación gallega.

En todas las poblaciones que visitamos la palabra "gracias", en relación la cooperación gallega, era una constante en boca de los representantes de las asociaciones y cooperativas puestas en marcha para mejorar la calidad de vida de estas personas.

Pero la presencia gallega no sólo está en la cooperación, también hay grandes empresas gallegas que han instalado sus factorías en esta costa del Pacífico: Calvo y Pescanova, una en El Salvador y otra en Nicaragua.

Sin embargo, la visión de ambas es muy diferete. Mientras una (Calvo) nos abrió sus puertas y nos mostró su forma de trabajar, la otra (Pescanova) fue menos transparete y declinó nuestra solicitud de visita.

Calvo apuesta por una política social cara a sus trabajadores, mientras Pescanova todavía no ha puesto en marcha medida alguna y no ha recibido a los representantes políticos de la zona, según nos contaron los alcaldes de Puerto Morazán y El Viejo en Nicaragua.

Sin embargo, también hay voces que se muestran críticas con la acción de Calvo, acusando a esta firma de verter residuos al Golfo de Fonseca.

Pero hay más cuestiones en común entre las comunidades de este enclave. Todos los pescadores aseguran que están muy preocupados porque temen que en un par de años ya no quede pesca en estas aguas. Por ello solicitan, encarecidamente, que desde el Primer Mundo, se les ayude con la realización de estudios concretos que expliquen las razones del descenso de capturas y la aparición de peces muertos.

Las plantaciones de maní, caña de azúcar, melón y maíz a orillas de los estuarios pueden estar detrás de esta situación, ya que los representantes de las cooperativas de pesca artesanal están convencidos de que los pesticidas que se emplean en estas plantaciones terminan filtradas a las aguas del Golfo.

El uso indiscriminado de plásticos arrojados a los ríos, la falta de saneamiento, la sobrepoblación y el cambio climático pueden ser también otros factores que se encuentren detrás de la terrible situación que vive este entorno.

La extrema pobreza, la analfabetización de la población (ya que no es obligatoria la escolarización de los niños), la elevada natalidad y la aparición de numerosas sectas protestantes, forman parte de la idiosincracia de unos pueblos que conviven con elevadísimas temperaturas y un nivel de humedad extremo.

A pesar de toda esta situación, que para Occidente puede resultar problemática, lo cierto es que los habitantes del Golfo de Fonseca parecen felices. Al convivir con ellos nos hemos dado cuenta.

Pero también hemos observado, con gran alegría, que la conciencia medioambiental ha comenzado a formar parte de su vida. Un paso adelante vital para mantener y proteger este riquísimo e impresionante ecosistema.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Amapala, atardecer en el Golfo de Fonseca


Fotos: Carlos Puga

Eva Alonso/Estrella López, Honduras

Hoy hemos vuelto a montar en barca. Nos dirigimos hacia la isla de Amapala, una de las más hermosas y turísticas de este país. Allí trabaja Coddeffagolf con Amigos da Terra y Cooperación Galega para mejorar las condiciones de vida de los pescadores de Playa Grande.

En el muelle nos subimos a dos taxis que, al vuelo, nos acercan hasta un pequeño poblado situado en la arena de una playa increíble a la que todavía no ha llegado la contaminación.

Aún así, los pescadores vuelven a quejarse de lo mismo que en otros lugares del Golfo nada más saludarnos. "Apenas hay pescado", dice Simón Bánegas, presidente de la Asociación de Pescadores de Playa Grande (APESCAPG). Aún así, la gran diferencia con respecto a Nicaragua es que aquí no encuentran peces muertos flotando sobre las aguas. "Pero estamos preocupados porque el descenso de capturas ha sido significativo".

Bánegas subrayó, con gran satisfacción, el beneficio que les supuso la ayuda de la Xunta para su comunidad. "Gracias a esta colaboración hemos podido adquirir un equipo destinado a la limpieza de pescado y ocho termos de frío para que el producto no llegue 'asoleado' y se pueda vender mejor porque es más fresco".

También ellos, como los pescadores de Cedeño, han asumido plenamente los conceptos medioambientales de defensa de su ecosistema. "Estamos viendo que si no hacemos un programa de sostenimiento acabaremos con los recursos del Golfo".

Mientras hablamos con Bánegas, los chiquillos de la zona nos rodean. Se les ve felices, disfrutando de un bello atardecer, alejados de los problemas de sus mayores. "Ellos son nuestro futuro", dice Simón. "Debemos transmitirles la necesidad de cuidar su entorno para que puedan continuar viviendo en Playa Grande durante muchos siglos".

Bánegas: "El pobre siempre es el que paga los platos rotos"


Foto: Carlos Puga

Estrella López/Eva Alonso, Honduras

La crisis política que ha vivido Honduras durante nuestro viaje ha repercutivo en numerosas cuestiones de nuestro trabajo. Entre otras, nuestra visita a la isla de Amapala. Teníamos previsto pasar un día entero con sus habitantes y nuestra visita se redujo a apenas unas horas en Playa Grande.

Allí decenas de chiquillos se bañaban vestidos y jugaban en la orilla mientras sus padres concluían sus quehaceres diarios y acababan de recoger el pescado.

Un día más, este producto quedará en el centro de acopio. "Los intermediarios no vienen a buscarno ni tampoco lo compran en lonja. Dicen que con el toque de queda no lo pueden comercializar. Para nosotros es una ruina. El pobre es el que siempre acaba pagando los platos rotos", concluyó Simón Bánegas, presidente de APESCAPG.

Mientras, de fondo suena la radio hondureña. Explica cómo se han lanzado productos químicos dentro de la embajada brasileña donde se encuentra Mel Zelaya recluido desde hace días. Bánegas nos dice con una sonrisa en la cara: "El que habla en la radio es uno de los pocos periodistas libres que quedan en el país".

Coddeffagolf, veintiún años de experiencia en cooperación medioambiental


Fotos: Carlos Puga

Estrella López/Eva Alonso, Honduras

Coddeffagolf surgió en 1988. Veintiún años de experiencia les avalan. "Un grupo de doce pescadores, preocupados por la sobreexplotación de los recursos marinos decidieron reunirse tras ver cómo, desde los años 80 se venía apostando fuerte por el comercio del camarón", nos explica Saul Montúfar, mientras charlamos en una salita de la sede de esta ONG situada en San Lorenzo (Honduras).

Afuera, mientras, trabajan una decena de personas en diversos ordenadores. Su organización está muy avanzada y eso, luego, se nota en la ejecución de los proyectos.

"Cuando nació Coddeffagolf, los pescadores eran conscientes de que necesitaban asesoramiento técnico, por ello contactaron con profesionales concretos. Así fue como yo, seis meses más tarde del nacimiento de la ONG, me uní a ellos", continuó Montúfar.

Fueron años difíciles, "lo que no quiere decir que ahora no lo sean". Algunos de sus líderes acabaron en la cárcel por oponerse a leyes que dañaban intereses medioambientales.

Coddeffagolf valora enormemente la transcendencia internacional de las acciones de cooperación ecológica. De hecho, pertenecen a muchas de ellas, puesto que para ellos es muy importante no sentirse comprometidos con gobierno alguno. "Eso nos permite hablar libremente de problemas medioambientales porque recibimos cooperación internacional", nos matizó la subdirectora de esta organización Leana Corea.

En este sentido se consideran "exquisitos" a la hora de elegir sus contrapartes. "Amigos da Terra nos gustó para trabajar porque tenemos gran afinidad con ellos. Nos encontramos en la reunión de Atrigolfo en 2004 y ya en el 2006 estábamos trabajando de forma plena con varios proyectos de pesca artesanal", aclaró Alcides Martínez.

De hecho, en la actualidad con Amigos da Terra están trabajando en cinco proyectos. "No son grandes inversiones pero sí resuelven situaciones muy específicas". Se dedican, así, más a resolver problemas concretos que a realizar estudios de diferentes zonas. "Nuestras colaboraciones no surgen de un despacho sino que proceden de las propias comunidades. Son ellos quienes nos cuentan sus principales necesidades".

Sin duda, uno de sus objetivos prioritarios es lograr una política común de pesca para los tres países que integran el Golfo de Fonseca. "Hubo unos primeros intentos de puesta en marcha de la Trinacional que fueron en decadencia hasta 1999 cuando todos estos esfuerzos se perdieron. Pero en 2004, Amigos da Terra recuperó esta iniciativa y le dio el espaldarazo necesario para volver a surgir", continuó Saul Montúfar. "Amigos da Terra es el nexo de unión de los tres países".

CONTRAPORTADA: Ya te estoy recordando, América, aunque no te hayas ido


Fotos: Carlos Puga

Laura López, Honduras

Una muchacha viaja sentada frente a mí en la lancha que nos lleva a Amapala. Se prepara para darle el pecho a su hijo que descansa en los brazo de su padre a mi lado. Deja parte del pecho al descubierto y su compañero lo mira antes de pasarle al bebé. Y es sólo un instante, pero esboza una sonrisa y mira para otro lado cuando le da a su hijo.

He compartido, furtiva, este instante y también azarosa miro para el mar. Qué preciosos son los secretos que guardan los amantes.

Amapala es una isla pequeñita situada en el Golfo y que pertenece a Honduras. Visitamos Playa Grande con el sol ya comenzando a caer y todo es hermoso. Los últimos pescadores van llegando y venden su mercancía. Sus hijos juegan bañándose en una playa preciosa de arena volcánica. Todo parece como sacado de otra época.

Más cuando descubro a Cristi. Con su preciosa e inmensa melena negra cubierta con un pañuelo blanco. Lleva un vestido largo hasta los pies que la hace todavía más delgada. Es menuda. Demasiado para sus diez años. Pero está liadísima jugando ella sola en la playa. Una princesa que concentra todo el poder y la fuerza de la tierra que pisamos.

Y así, llenos de todo, regresamos a Choluteca. En la lancha tenemos el momento cómico del día. Reflexiona Cris en voz alta ´lo que sí que no hay son faros´, ­y responde Estrella, ´qué más da, si hay toque de queda´. Nos reímos mucho.



Y efectivamente la radio del coche informa del toque de queda camino de Choluteca. Así que paramos en un supermercado y Eva tiene uno de los últimos altercados con el dinero. Está a punto de no regresar a Galicia. Ha tenido el trabajo que nadie quiere tener cuando se viaja que es el de tesorera pero lo ha hecho como una campeona.

Volviendo al toque de queda he de deciros que dejé de preocuparme cuando a la hora de la comida ví que por la tele preguntaban a la audiencia­, ´¿cree usted que debe continuarse con el toque de queda. Envié SÍ o NO en un mensajito al 1015. Para aquellos que nos criamos escuchando a nuestros abuelos quejarse de lo que suponía el toque de queda ver esto es una relajación. Hasta los conflictos políticos ya no son como antes.

Algo que sí que no ha cambiado es la pasión por el fútbol. En esa misma comida, alguien que lleva todo el día instruyéndonos mucho y muy bien sobre todo lo relacionado con la cultura del país, afirma que ´ojalá el problema se resuelva pronto pero, lo siento mucho, antes prefiero que Honduras gane el 10 de octubre a Estados Unidos´. Lo dicho, ya no estoy preocupada. En la reunión con los miembros de CODDEFFAGOLF así nos lo confirman. ´Todo está azul´. Aquí esto quiere decir que todo está tranquilo. En su sede charlamos con ellos y nos regalan cerámica artesanal. Es el primer soborno que recibimos como periodistas. Je, je. Es broma, claro. El trato es espectacular. Ha sido espectacular en los tres países.

Fijaos. Por la mañana hemos visitado la comunidad de Cedeño. Hemos ido a grabarles mientras estaban abriendo un cauce de aguas contaminadas en el estero y nos han cedido sus botas por lo que ellos han trabajado descalzos en vertidos fecales y químicos que les cubrían hasta las rodillas. Tras entrevistar a Wilmer, paleando en ese cauce, le doy las gracias y me guiña un ojo. Me emociono. Es muy joven pero ya parece un viejo.


En fin, os cuento todo esto ya en El Salvador. Faltan todavía unas horas para partir. Hemos viajado hasta aquí en autobús (seis horas y media). En la frontera, han revisado la mochila de Carlos porque el perro de la policía ha olfateado droga. Carlos, por supuesto, solícito con las fuerzas del orden, no entiende nada. Al final todo queda en un susto que nos permite aseverar de nuevo que nos ha pasado de todo en este viaje.

Me despido y os confieso una cosa. Desde que ví la sonrisa del muchacho en la lancha hacia Amapala ya tengo ganas de regresarme. Y les envío un aviso a los que comparten secretos con nosotros. Necesitamos oídos prestos a escuchar magníficos monólogos y que tengan los pasaportes en regla. Al menos yo, ya me muero por volver.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Candil de la calle, oscuridad de la casa


Fotos: Carlos Puga

Estrella López/Eva Alonso, Honduras

Son las seis de la mañana y una veintena de vecinos de Cedeño nos esperan, palas en mano, para ir a limpiar el río.

Aprovechan estos días para poner en marcha acciones medioambientales "porque no hay pesca". De hecho, tan sólo una barca ha salido hoy a la mar, según la captura que traiga en sus redes la asociación de pescadores tomará la decisión de mandar o no mañana a trabajar a sus embarcaciones.

Antes de iniciar el camino hacia el río nos invitan a ponernos botas de agua. Pero sólo llegan para algunos. "Hay muchas hormigas", nos dicen. Lo pudimos comprobar.

El camino es largo. Más de un kilómetro por un sendero lleno de maleza, ramas y agua estancada que procede de los laboratorios de larva de camarón y aguas residuales. Tras más de veinte minutos andando, finalmente llegamos al lugar elegido para comenzar la limpieza. Allí recogerán el plástico y removerán el lodo del fondo para que el agua fluya. Trabajarán sin descanso, entre una humedad sofocante, un calor inenarrable y olores nauseabundos, hasta la una de la tarde.

Han comenzado a ser conscientes de que el daño al medio ambiente es un daño al futuro de la comunidad. "Candil de la calle, oscuridad en la casa", asegura Roger Humberto Alemán, responsable de la asociación de pescadores.

Ellos lamentan la contaminación, la desforestación masiva del manglar, los vertidos incontrolados y tóxicos de los laboratorios al Golfo de Fonseca. "Estamos muy preocupados también por el excesivo uso de pesticidas en plantaciones de caña de azúcar y melón". Precisamente, en estas últimas, es donde, por el uso masivo de amoníaco, las mujeres se desmayan con frecuencia.

Como en El Salvador y en Nicaragua el problema vuelve a ser el mismo: los peces se han ido. Ellos también están convencidos de que la causa es la misma: la acción del hombre.

Roger Humberto Alemán: "La ayuda gallega nos ha permitido despetar"


Fotos: Carlos Puga

Eva Alonso/Estrella López, Honduras

Los pescadores han logrado construir un centro de acopio en Cedeño. Allí recogen el pescado, lo limpian y lo venden a los intermediarios. Pero este centro de acopio, cofinanciado por Coddeffagolf y Amigos da Terra en colaboración con Cooperación Galega, es mucho más.

Se ha convertido en el centro social y de reunión entorno al que gira toda la vida de los socios de este pequeño pueblo hondureño. Allí guardan sus motores, reparan sus redes, preparan sus aperos de pesca, almacenan su pescado en frío, y también juegan a las cartas mientras hablan sobre cómo les ha ido el día, de cómo está la política nacional "ahora muy revuelta".

La vida de los socios de APAC (Asociación de Pescadores Artesanales de Cedeño) ha cambiado mucho desde hace un año. "El pasado mes de marzo de 2008 empezamos a cuidar el medio ambiente", aseguró Roger Humberto Alemán, presidente de la asociación. "Hemos sembrado más de 40.000 semillas de mangle y dragamos el canal para darle salida a las aguas que inundan el pueblo".

Y es que ellos mismos reconocen que la ayuda de la Xunta de Galicia a través de Amigos da Terra y su contraparte Coddeffagolf "nos ha cambiado completamente la existencia".

Roger Humberto Alemán, un hombre de más de sesenta años y curtido por los vientos y el sol, reconoce que duerme en el centro de acopio. "Me paso aquí casi las 24 horas del día. De noche lo guardo para que no se lleven nada. Es mi casa y la de todos los socios".

El presidente de APAC nos señala el suelo. "Ahora ya no es de tierra y contamos incluso con neveras para llevar en los barcos. Esto nos permite mantener más fresco el producto y venderlo mejor". Congeladores, una mesa de acero y cuchillos de acero completan el equipamiento aportado por la cooperación gallega.

Pero no sólo de aparatos viven estos pescadores. También están recibiendo cursos de capacitación. "Nos han dado cursos de formación sobre contabilidad, administración, manipulación de marisco, elaboración de embutidos y siembra de semilla de mangle".

Les miramos sorprendidos. "Preparan ustedes embutidos? Pero, cómo embutidos?", les preguntamos. Un marinero sentado a nuestro lado respondió con contundencia. "Sí, realizamos embutidos con marisco y pescado. Por ahora los vendemos en la comunidad y la verdad es que han tenido tanto éxito que ya hay gente de las afueras que ha venido a preguntar por ellos". Sin embargo, todavía tienen que mejorar en cuanto a la distribución de este curioso embutido.


Precisamente, uno de los mayores handicaps de esta asociación es la dificultad de poder trasladar el pescado a otros mercados. "El coste de la gasolina es muy elevado y, además, carecemos de vehículo a motor para trasladarlos a la ciudad más próxima que es Choluteca". Por ello, todo lo venden en el mercado local, a donde desplazan el producto en bicicleta.

Alemán no quiere despedirse de nosotros sin dejarnos claro que la ayuda gallega ha sido vital para ellos. "Nos ha permitido despertar y nos sirve de estímulo para seguir luchando".